jueves, 30 de abril de 2020

Homeostasis y resiliencia

Homeostasis y resiliencia
La palabra homeostasis se refiere a la capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en el entorno y tiene que ver con el equilibrio y el desequilibrio en el que vivimos los seres vivos. Equilibrios activos que implican un conjunto de fenómenos de autorregulación para el mantenimiento de una relativa constancia del medio interno.
La resiliencia consiste en recuperarse y fortalecerse en el tránsito entre el equilibrio y el desequilibrio que podemos sufrir en situaciones de crisis potencialmente estresantes o traumáticas.
Esta pandemia ha provocado una crisis sanitaria, económica, social y psicológica que superaremos al igual que ya lo ha hecho la humanidad a lo largo de la historia en otros desequilibrios: catástrofes, epidemias y/o guerras. Es previsible también que en el futuro padezcamos otras crisis, pero podremos prevenirlas y la impronta aprendida nos ayudará a afrontarlas.
La homeostasis solo se mantiene si el organismo está bien organizado y no incuba en su seno distorsiones que le provoquen inestabilidad. No se trata, por tanto, de permanecer impasibles y estáticos sino, por el contrario, de mejorar nuestra capacidad de alcanzar de nuevo el equilibrio incrementando nuestra resiliencia. Superaremos las crisis siendo más sensibles y fortaleciendo la ciencia, la educación, la salud, el  medio ambiente y la solidaridad.
Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

martes, 28 de abril de 2020

Transición a la nueva normalidad


Transición a la nueva normalidad
En situaciones como la actual nos replanteamos nuestro ideal de sociedad, el cuidado que debemos a nuestro ecosistema, nuestro sistema económico y laboral o los valores que deberían impregnar nuestro comportamiento.
Los objetivos que deberíamos plantearnos deberían ir en la línea de conseguir ser mejores personas y conseguir una sociedad más ecológica, justa y solidaria. El camino hacia las mejores respuestas, tal y como apreciamos en la historia del comportamiento de la humanidad en situaciones de catástrofes, enfermedades y pandemias, estará construido en base al sentido comunitario, la creatividad, la capacidad de adaptación a la nueva realidad y al modelo de  convivencia en el que la otra persona sea parte importante de uno mismo, porque cuando se busca el bien común es imprescindible actuar juntos. Esclarecedora es la frase de Paolo Coelho “el mundo será mejor o peor según seamos mejores o peores”.
Volver a la anterior normalidad caracterizada por una producción y consumo desorbitado, una economía dependiente de multinacionales y de países a los que se exprime y explota, no conducirá a nada más que a perpetuar nuestros fallos.
No podremos mejorar nada si seguimos haciendo las cosas desde un prisma individual y solo cambiará la realidad social si esta se basa en los principios de sostenibilidad, ecología y protección social.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

lunes, 27 de abril de 2020

Salir al balcón

Salir al balcón

El ser humano es maravilloso  y lo demuestra en acciones como las de aplaudir a los vientos el agradecimiento a las personas y colectivos que salen a la calle para que estemos alimentados, cuidados, protegidos, consolados, animados, y un sin fin de acciones que generan bondad, el valor más ejemplar que poseemos.
Todos podemos salir al balcón de nuestra generosidad y entusiasmo, diseminar  desde cada ventana nuestro apoyo incondicional y sin fisuras al ánimo, a la esperanza, al optimismo, mirando más allá de nuestra huella.
Estamos en un momento en el que los gestos pequeños de nuestra vida son grandes muestras de humanidad: escribimos cartas a los que sólo pueden ser acompañados de ellas, animamos las redes con ironía, con sentido del humor,  infundimos a nuestros compañeros aliento en la distancia, a familiares y amigos y realizamos otras muchas acciones cotidianas que hacen que gotas de optimismo sean esparcidas por todos lados.
Salir al banco es mostrar la solidaridad, mostrar nuestras emociones y generar una dinamo de fuerza y positividad; salir al balcón es sembrar el aire de un cálido aroma de solidaridad, compañía y sobretodo y sobremanera un canto a la esperanza que debemos tener.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

domingo, 26 de abril de 2020

La familia en espera

La familia en espera

Estamos en tiempos en los que los seres queridos, las personas con las que compartimos nuestros sentimientos y emociones están en otro espacio, en otro lugar, en otro lado. Pero no debemos fijarnos en lo que no podemos tocar sino en lo que podemos sentir: yo les quiero, ellos me quieren.
La distancia sólo es un espacio de ausencia pero que puede ser cubierto con el recuerdo de situaciones vividas; es momento de recordar aquellas momentos vividos y, sobretodo,  sentidos y dibujar esos momentos con la mayor cantidad de colores posibles, visibilizarlos con la mayor realidad imaginada y soñada que podamos; deberíamos poder sentir que están ahí, justamente delante de nuestro recuerdo y que van acompañados de ilusión, de alegría, de cercanía porque quien impone el dolor de la ausencia no es el factor físico si no el emocional y  este puede ser sustituido temporalmente por el recuerdo emocional vivido.
Muchas veces hemos soñado en algo que no podíamos alcanzar a tener y nos lo hemos imaginado con la misma ilusión que el deseo de tenerlo. Aún así hemos esperado, inquietos, con la paciencia proporcional a la realidad que teníamos que vivir.
No tenemos más que mirar para atrás para reaprender cómo hemos gestionado las ausencias, los vacíos, los duelos. La ilusión nace desde el interior, se alimenta con migajas de ánimo por cada acción que hacemos en cada momento del día y, por otro lado, soñar es el mejor antídoto ante la incertidumbre, sueños con ojos cerrados y mente abierta, con la esperanza por camino cosiendo cada instante con el hilo de la emoción positiva que vaya apareciendo en nuestra mirada.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

sábado, 25 de abril de 2020

El lazo de la comunidad

El lazo de la comunidad
La comunidad nos une, nos protege, nos identifica y se construye cuando los gestos de bondad y generosidad son los valores que cimientan su fundamento. Valores que iluminan nuestra humanidad y muestran lo mejor que tenemos.
En nuestra sociedad y máxime en este tiempo, debemos aprender a dar las gracias a todas aquellas personas anónimas por todas aquellas acciones que cada día realizan, desde el más mínimo gesto como llevar un regalo a un niño o acompañar a un abuelo. Gratitud que es la mano extendida hacia aquellos que nos aportan su trabajo, su conocimiento, su experiencia y su tiempo cuidándonos en la calle, protegiendo nuestra salud o acompañándonos en el desasosiego. Muchas manos desconocidas que están abrigando nuestro tiempo.
El paisaje de nuestra vida normal le tenemos secuestrado pero volveremos a pasearnos por la orilla de nuestra realidad paralizada. Pasado esos momentos ojalá hayamos aprendido que hay que dar prioridad a lo que es más importante y necesario. Tendremos entonces que analizar nuestra manera de responder ante nuestras inseguridades y sumar intenciones para trabajar por reconstruir aquello que queremos que sea el ejemplo de nuestra sociedad. Deberemos también  dignificar más a nuestros héroes de hoy y seguir tratándoles con la admiración que muestran todos sus gestos.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

viernes, 24 de abril de 2020

En busca de la felicidad

En busca de la felicidad

La búsqueda de momentos que nos produzcan un ápice de felicidad en la situación que nos está tocando vivir puede transformar cada instante en un aliciente y motivo que nos haga mirar con energía positiva hacia adelante. Es tiempo para reflexionar en las cosas que pensamos que nos hacen felices tomando conciencia del valor de lo que cotidianamente vivimos y que damos por supuesto y de lo que muchas veces no somos conscientes hasta que no lo tenemos.
Un buen modo de comenzar a encontrar esas semillas que nos iluminen la ilusión es entregarnos a los demás, dedicar nuestro tiempo al que puede necesitar nuestra ayuda, compartir mensajes que estén sembrados de positividad y, fundamentalmente, esperanza. Compartir debe  ser el altavoz cuyo micrófono está en nuestro interior y que vocifera, una y otra vez, que todo va a salir bien.
Un principio esencial, base del sentimiento de felicidad, es que debemos saber disfrutar primero de las cosas más sencillas y minúsculas de la vida porque son las que, al igual que gotas de agua, van llenando el pozo de nuestro ánimo.
Vivir cada segundo con esperanza puede compensar nuestro aislamiento forzado por la pandemia. Desplegar a los demás esas señales es lo que alimentará esa felicidad que no es otra cosa que la ventana de nuestra humanidad.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

jueves, 23 de abril de 2020

Salir al balcón

Salir al balcón

El ser humano es maravilloso  y lo demuestra en acciones como las de aplaudir a los vientos el agradecimiento a las personas y colectivos que salen a la calle para que estemos alimentados, cuidados, protegidos, consolados, animados, y un sin fin de acciones que generan bondad, el valor más ejemplar que poseemos.
Todos podemos salir al balcón de nuestra generosidad y entusiasmo, diseminar  desde cada ventana nuestro apoyo incondicional y sin fisuras al ánimo, a la esperanza, al optimismo, mirando más allá de nuestra huella.
Estamos en un momento en el que los gestos pequeños de nuestra vida son grandes muestras de humanidad: escribimos cartas a los que sólo pueden ser acompañados de ellas, animamos las redes con ironía, con sentido del humor,  infundimos a nuestros compañeros aliento en la distancia, a familiares y amigos y realizamos otras muchas acciones cotidianas que hacen que gotas de optimismo sean esparcidas por todos lados.
Salir al banco es mostrar la solidaridad, mostrar nuestras emociones y generar una dinamo de fuerza y positividad; salir al balcón es sembrar el aire de un cálido aroma de solidaridad, compañía y sobretodo y sobremanera un canto a la esperanza que debemos tener.
  
Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

miércoles, 22 de abril de 2020

Momento de telecomunicación

Momento de telecomunicación

Abrazados a una radio, a una televisión, a un ordenador, a un móvil. Quién nos iba a decir, hace algún tiempo no muy lejano, que íbamos a estar todavía más unidos a ellos de lo ya estábamos. Son aliados de nuestro tiempo embargado por la cautela de la contención. Desde pequeños a mayores los usamos y mitigan, al igual tranquilizantes, la escasez de caricias, de abrazos, de cercanías, de manos unidas, de gestos sociales que llenaban nuestra calle y nuestra vida.
Falta el beso, la expresión próxima y necesaria, el tacto amable del compromiso de la amistad y del otro pero tenemos las palabras, el juego de la imagen y el sonido, el universo enchufado al ordenador, la línea directa con el receptor. Y en el otro lado, allí, a lo lejos, en el horizonte, al fondo de nuestra mirada, el otro está ahí y desde ahí reclama nuestra atención. En ello encontramos nuestro consuelo y ese leve alivio del silencio, del momento cotidiano de nuestra retención, va llenando nuestras manos de tierna esperanza y comprensión.
Es el sueño la ventana donde asomarnos y el dibujo del mañana que, sin duda, tocaremos y abarcaremos con ilusión.


Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

martes, 21 de abril de 2020

videoCOPCA COVID 19

Adolescentes en casa, corresponsabilidad

Adolescentes en casa, corresponsabilidad

Los ambientes familiares con adolescentes pueden derivar, en sólo décimas de segundo,  desde un momento de tranquilidad absoluta a una situación de confrontación y ello puede desencadenar que perdamos los nervios y que se genere un momento de alta tensión. Ello no es ni bueno ni sano.
Convivir con jóvenes de estas edades es difícil y complicado porque el momento evolutivo que viven viene plagado de manifestaciones de rebeldía, desobediencia y protesta.
La orientación más certera es que hay que llenarse de paciencia, almacenar todo la serenidad posibles desde por la mañana. Esa será nuestra mejor herramienta para controlar y canalizar la situación. Por otro lado, difícilmente ellos podrán serenarse y calmarse si nosotros no lo estamos.
Un principio básico es que hay que exigirles corresponsabilidad y eso requiere negociar y pactar obligaciones domésticas y académicas para compensarlas con derechos y permisos para su tiempo libre, de ocio o de entretenimiento y comunicación virtual que es el gran compañero de ellos, máxime en estas circunstancias. El compromiso debe ser de ambos, adolescente y padres, y el cumplimiento acatado con disciplina y exigido con moderación
La situación que estamos atravesando es incierta y provoca que todos tengamos una dosis alta de estrés pero los adultos somos el ejemplo, el modelo de comportamiento en el que ellos se miran y, en definitiva, el ejemplo que guía su autocontrol  posibilitando que puedan gestionar adecuadamente las emociones.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

lunes, 20 de abril de 2020

Reacción solidaria

Reacción solidaria

Nuestra reacción ante cualquier situación debería ser la de extender con nuestro comportamiento el aroma de nuestros mejores valores para ponerlos en  manos de  los demás. Esencia de uno mismo que ayuda a que el que, se mira en nuestro espejo, acaricie la fragancia de nuestra manera de responder ante lo que estamos viviendo.
Es tiempo de valorar y salir al balcón  de nuestro albergue cotidiano reforzando la moral emotiva de tantas personas que nos protegen de uno u otro modo pero también es importante ser conscientes de nuestro papel en esta crisis. Coyuntura cotidiana que nos está ayudando a recolocar nuestros principios, hace poco tiempo nublados por nuestra frenética manera de convivir.
Es la primavera social, florecimiento de la vida a través del humilde gesto cuyo rostro es la bondad. Estación de salida de nuestra mirada que tiene su destino en el ánimo del que espera en el andén para recoger, aunque sea en un recipiente minúsculo, el bálsamo de nuestra respuesta.
Con todas las manifestaciones que cada uno damos, cada mensaje, palabra, imagen que compartimos y entregamos  en este espacio virtual que tenemos por presente debemos enviar nuestro aliento, nuestra fuerza, nuestro empuje y esperanza. Somos el ejemplo.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

Manejo de conflictos

domingo, 19 de abril de 2020

Obsesión o moderación

Obsesión o moderación
Las medidas puestas en marcha para la contención del coronavirus pueden ocasionar diferentes manifestaciones emocionales en cada uno de nosotros ya que las respuestas que cada persona tenemos ante una situación de estrés son muy diferentes: inseguridad, apatía, preocupación, desgana, agobio, miedo, etc.
Son reacciones humanas y naturales porque todo aquello que provoca incertidumbre genera dosis de estrés. Lo importante es contrarrestar estas manifestaciones que generalmente vienen asociadas a pensamientos negativos asociándolas a ideas que posibiliten optimismo, superación y esperanza. De un pensamiento, por ejemplo, de que estoy sólo puedo repensar en que puedo leer un libro en silencio: de un pensamiento que tengo en relación a que esta situación no acabará puedo pensar que estoy sano y no tengo síntomas. Una idea o pensamiento positivo siempre lleva aparejado, a modo de refuerzo, un sentimiento que amortigua el pesimismo.
Como bien dice Javier Urra pensar que todo el mundo está igual que nosotros y que la situación es la que es, evitar la sobreinformación, crear nuevas rutinas, hacer horarios y cumplirlos, mantener un buen aspecto físico y una buena higiene, dedicar tiempo a estar con nosotros mismos, leer ese libro que teníamos aparcado, compartir la situación con amigos y familiares a través de llamadas o videollamadas, poner una sonrisa y compartirla ante la adversidad pueden ser gestos que nos ayuden a nutrir, cada día, nuestra ilusión que es la llama de nuestra vida.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

sábado, 18 de abril de 2020

Luciérnagas desde el corazón

Luciérnagas desde el corazón
                                                                                                                   
Están ahí iluminando nuestro día a día, en hospitales, en las calles, en las carreteras, en internet. Alumbrando con su gesto nuestra vida, fomentando nuestra ilusión y esperanza.
Debemos mirar más allá de nuestros propios miedos e incertidumbres, ese rayo de luz nos lo deja bien claro, y estimular con nuestro compromiso diario el aliento emocional de los que están haciendo que podamos no sólo subsistir sino seguir avanzando.
Su luminiscencia debe irradiar nuestra preocupación y llenarla de  ánimo. El ser humano tiene poderosos mecanismos de defensa, capacidades y fortalezas que deben aflorar desde nuestra propia naturaleza haciendo que el modelo de personas que vemos en quienes están en la calle ayudándonos, sean nuestro referentes.
Cada uno puede ir construyendo, a su medida, el modelo de sociedad que debemos tener, practicando los valores y principios que deben regir nuestro futuro más cercano. Valores que como el altruismo, la solidaridad, la cooperación, la empatía, la gratitud o el optimismo que hoy más que nunca se están viendo, pueden ayudarnos a enfrentarnos desde el alba pensando en que mañana es un día menos y hoy se ha de construir ese día más.
Seguro que con cada destello de valor que fabriquemos de forma individual iremos avivando la llamarada que alumbre la nueva sociedad.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

viernes, 17 de abril de 2020

Generando actitud

Generando actitud
La pandemia incomunica a pacientes, aísla a quien se despide y pone distancia al abrazo, al beso, al apretón de manos pero no debe apagar la llama de nuestra voluntad y actitud.
Estar confinados exige el cuidado de nuestros hogares con un ejercicio de corresponsabilidad que involucre a todos los que lo integran, requiere hacer ejercicio físico para sacudir de nuestro cuerpo la desgana que nutre la dejadez, necesita el establecimiento de horarios y llenar cada día con actividades variadas y motivantes, invita a navegar en internet leyendo y escuchando mensajes que aumenten nuestro ánimo y a usar las redes para generar grupos de intereses comunes. En lo posible hay que tomar desde el balcón o ventana aire y sol, y mirar al exterior, expulsando el desaliento para que en el hogar solo haya  energía positiva.
El aplauso que entregamos a las ocho a sanitarios, conductores, cuerpos y fuerzas de seguridad, dependientas, reponedores y demás personas que nos ayudan a sobrevivir además de necesario nos une y va sembrando en nuestro interior el germen colectivo de la solidaridad.
En definitiva, a nivel individual, asumamos el mensaje de Viktor Frankl como propio: “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontas ese sufrimiento”
Fco. Javier Lastra Freige
    Psicólogo

jueves, 16 de abril de 2020

VIDEO ELABORADO POR EL COLEGIO OFICIAL DE PSICOLOGÍA DE CANTABRIA

VIDEO ELABORADO POR EL COLEGIO OFICIAL DE PSICOLOGÍA DE CANTABRIA

Estar recluidos

Estar recluidos

Se puede estar encerrado en casa sin necesidad de estar centrado en el pesimismo. En estas circunstancias excepcionales tenemos que aprender a serenar la mente y a potenciar el sentimiento de pertenencia a la comunidad.
Desde nuestra propia exposición emocional positiva a los contratiempos estamos rearmando nuestra resiliencia, potenciando nuestra disposición innata a ayudar y, en consecuencia, aumentar las dosis de empatía que exponemos a los demás.
Debemos diferenciar lo urgente de lo importante para actuar sobre lo necesario aquí y ahora y replantearnos el concepto que tenemos de nosotros mismos reflexionando sobre los valores que identifican nuestra personalidad y que constituyen el mejor esqueleto de nuestra voluntad social.
Es necesario y vital concentrase en lo que podemos hacer y no en lo que irremediablemente hemos tenido que paralizar. Planificar estrategias de acción que estén diseñadas desde el autocontrol, la disciplina y el sentido de responsabilidad social.
Hay tiempo para uno mismo con cada aplauso desde la ventana y cada sonrisa que lanzamos al vacío de nuestro vecindario como señales que son de la ilusión que aunque lejana hay que saber mirar. Tenemos que ser parte del otro compartiendo sentimientos, abrazos emocionales lanzados al aire o virtuales porque, de esa manera, ayudaremos al que lo necesita o espera.


Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

miércoles, 15 de abril de 2020

En busca de la felicidad

En busca de la felicidad

La búsqueda de momentos que nos produzcan un ápice de felicidad en la situación que nos está tocando vivir puede transformar cada instante en un aliciente y motivo que nos haga mirar con energía positiva hacia adelante. Es tiempo para reflexionar en las cosas que pensamos que nos hacen felices tomando conciencia del valor de lo que cotidianamente vivimos y que damos por supuesto y de lo que muchas veces no somos conscientes hasta que no lo tenemos.
Un buen modo de comenzar a encontrar esas semillas que nos iluminen la ilusión es entregarnos a los demás, dedicar nuestro tiempo al que puede necesitar nuestra ayuda, compartir mensajes que estén sembrados de positividad y, fundamentalmente, esperanza. Compartir debe  ser el altavoz cuyo micrófono está en nuestro interior y que vocifera, una y otra vez, que todo va a salir bien.
Un principio esencial, base del sentimiento de felicidad, es que debemos saber disfrutar primero de las cosas más sencillas y minúsculas de la vida porque son las que, al igual que gotas de agua, van llenando el pozo de nuestro ánimo.
Vivir cada segundo con esperanza puede compensar nuestro aislamiento forzado por la pandemia. Desplegar a los demás esas señales es lo que alimentará esa felicidad que no es otra cosa que la ventana de nuestra humanidad.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

martes, 14 de abril de 2020

Cerrar las fronteras

Cerrar las fronteras

Cerrar las fronteras a  la insolidaridad, al incivismo, al culto al egocentrismo y abrir los caminos a la colaboración, al lanzar la mirada al otro, al pronunciar el nosotros.
Por qué no aprovechamos la cuarentena para reflexionar y pensar que estamos en una sociedad en la que nos necesitamos unos a otros. Hemos de dejar de quejarnos tanto por lo que no tenemos o no podemos hacer y alegrarnos e ilusionarnos con lo que podemos hacer y que, desde hace mucho tiempo, habíamos dejar de hacer (pararnos a  pensar, tener tiempo, aburrirnos,..)
¿Acaso estamos viajando por la vida a tanta velocidad que apenas parábamos a mirar por dónde íbamos?
Deberíamos reflexionar más en el silencio sobre los valores y principios que verdaderamente sustentan nuestro esqueleto humano; es momento de agradecer, de aplaudir, de ennoblecer y embellecer el trabajo de quienes no están en casa, están trabajando por los demás, posibilitando que podamos estar más sanos, que podamos ser atendidos, que podamos comer, que nos ayudan a que otros no deshagan lo que estamos tejiendo con nuestra cuarentena y que es revestir la salud. Seguimos recomendaciones, que nos gusten o no, las realizan las autoridades sanitarias con avales científicos y hemos de ser disciplinados en su cumplimiento, son medidas de contención porque prevenir  siempre es mejor que curar y anticiparse es mejor que sufrir.
Hagamos caso a las autoridades sanitarias, cerremos la frontera a nuestra opinión y abrámosla a la razón, cerremos el camino a la insensatez y levantemos nuestras palmas con gratitud hacia los que están en la calle protegiendo nuestras fronteras domiciliarias, ellos nos salvaran y lo que los demás debemos hacer es apoyarnos y servir en silencio con nuestro comportamiento.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

lunes, 13 de abril de 2020

El silencio y la emoción

El silencio y la emoción

Los vientos del aislamientos nos traen imágenes, recuerdos, encuentros que no están y abrazos y caricias que viven en el tiempo. Las emociones anidan en la memoria porque en ella encuentran su ausencia y, a la vez, la cercanía. Cercanía necesaria porque sin la emoción ni la existencia tendría cabida.
Pensemos en el silencio, todos le requerimos en algún momento y con él todos sentimos el miedo, la angustia, la ansiedad. Y, al instante de sentirlo, huimos en busca de otra persona, a comunicarnos, a sentir al otro aunque, muchas veces, ni tan siquiera escuchemos lo que nos diga.
Y en estos momentos, el reloj de nuestra actividad  se para y cada uno debe pararse a la fuerza y mirarse porque no podemos escapar a ese silencio interior que siempre ha existido pero al que hemos abandonado hace tiempo. Debemos alimentar nuestro silencio con alegría, con ánimo, con esperanza. Cada día hay millones de actividades por hacer y que ayer eran desconocidas. Tenemos que sembrar nuestro tiempo con el silencio que proporciona vitalidad  y nuevas iniciativas para nuestra vida. El mundo no se detiene, el tiempo sigue jugando con nosotros dibujándonos una nueva situación de la que tenemos que aprender y con la que tenemos que aprender sabiendo sacar de cada segundo el impulso suficiente para  construir minutos de ilusión y de fuerza para que la hora se antoje tiempo ganado, aprendido, vivido y que siembre un nuevo yo más cercano a lo humano y menos encogido.
De esta cuarentena saldremos reforzados, humanizados y, creo yo que sobretodo, más felices porque valoraremos más la esencia de nuestra humanidad y viajaremos más despacio por el camino que hace cada una de nuestras vidas.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

domingo, 12 de abril de 2020

Armar la resiliencia

Armar la resiliencia

Tal y como acertadamente escribe Ignacio Morgado, reputado catedrático de Psicobiología, “el miedo que las circunstancias que estamos viviendo y otras similares producen está causado en buena parte por algo que el cerebro humano se resiste a soportar: la ambigüedad y su inseparable aliada, la incertidumbre”.
Un modo importante de reducir el miedo es cambiando la ambigüedad y la incertidumbre por la certeza que nos proporciona la información contrastada y veraz de aquellas fuentes de información de organismos fiables. Difundir información que genera ambigüedades e incertezas producirá más miedo que la propia realidad y esto es así porque el cerebro y la mente humana tienen capacidad para soportar la adversidad y crear resiliencia, un concepto que la psicología explica como la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas cuando es sometido a una tensión que lo doblega. Los humanos tenemos mucha más resiliencia de la que imaginamos o creemos. Esto quiere decir que estamos capacitados para valorar las malas y reales noticias que nos lleguen sobre el virus como una motivación incentiva para aceptar lo que sabemos que puede combatirse y cambiar, por tanto, la situación, particularmente el confinamiento y la colaboración. Esto es una lucha de todos, donde la empatía y la solidaridad son nutrientes que alimentan nuestra resiliencia, auténtica huella de la felicidad.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

sábado, 11 de abril de 2020

Durante este tiempo

Durante este tiempo

La huella de los días confinados puede debilitar nuestra fuerza, el paso de los días con cifras que estremecen y hielan el corazón socava, por momentos, nuestra energía. Nadie es insensible a la situación que por todos los lados asoma mostrando su envergadura. Miramos y escuchamos las noticias en exceso lo que contribuye a encoger nuestro ánimo condicionado por tantos datos, fríos y sin rostro.
Amanecemos y el sol sigue iluminando nuestra aurora, podemos expresar con nuestro aplauso el agradecimiento a tantos héroes que están en la calle cuidando de nosotros, personas que han salido de sus casas para que nosotros podamos seguir luchando a nuestra manera, nuestras necesidades básicas están cubiertas en mayor o menor medida, tenemos las tecnologías que acompañan nuestros silencios como los libros, la televisión o la radio, y sobre todo, hay cientos de profesionales que están estudiando la manera de vencer la enfermedad.
Surcamos el transcurso de la jornada con vaivenes en nuestro equilibrio emocional pero  debemos pensar en la esperanza, en la conquista, en que más pronto que tarde venceremos la batalla por la vida.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

viernes, 10 de abril de 2020

Donante anónimo

Donante anónimo
Nadie estaba preparado para esto así que a nadie debemos culpar por ello. Debemos ponernos a rastrear lo mejor de cada uno y ponerlo a disposición.
Se trata de responder a la situación de la mejor manera posible y, si es posible, aprender de cada pequeña experiencia que tenemos creciendo como seres humanos y como sociedad.
Las sensaciones que vivimos de desconcierto, incertidumbre, vulnerabilidad y desorientación hacen que esta sea una óptima oportunidad para ser más conscientes de nuestras emociones y buscar estrategias personales que nos ayuden a poder gestionarlas de modo positivo. Ello implicará conocerse, controlarse, expresarse, quererse, esforzarse, soportar espigas de  frustración, escuchar, ponerse en el lugar de las demás, hablar de la situación sin miedo y, ante todo, cuidarse mutuamente.
Mirada hacia dentro expresando nuestros sentimientos y generando, al mismo tiempo, soluciones, respuestas, reacciones que implican exponer nuestro ejemplo como mirada de los demás. Con una sonrisa por mensajero ya que elle es la mejor señal social que tenemos. Mostrando en todo acto la empatía, con dosis de paciencia y gran imaginación. No hay fórmulas mágicas pero hemos de recoger cada migaja de confianza de nuestro entorno y recolectarla como siembra de ánimo que, poco a poco, se convertirá en nuestra fuerza y que impulsará a cada día sea una aurora con rayos de ilusión.




Fco. Javier Lastra Freige
    Psicólogo