domingo, 17 de mayo de 2020

Color ilusión

Color ilusión

No todas las vivencias son favorables ni positivas y las adversidades, en ocasiones, las percibimos como amenazas que pueden lastimar nuestro equilibrio emocional. Este desajuste genera inseguridad y desorientación que puede incrementarse por la actitud que tenemos ante estos sentimientos negativos.
Las dificultades al igual que los errores pueden servirnos como aprendizajes que potenciaran el crecimiento personal y nos ayudaran a ser más fuertes ante las situaciones que pueden descontrolarnos. Pero, ¿qué podemos hacer?. Tenemos que tomarnos un tiempo para concentrados en nosotros mismos, sin hacer ni pensar nada, dejándonos llevar por el silencio. Esta actividad sencilla y breve es necesario practicarla diariamente, aunque solo sea durante unos pocos minutos.
Es importante dedicar tiempo a aquellas actividades que nos aportan emociones positivas que nos hacen sentirnos bien y evitar aquellas actividades o pensamientos que nos generan preocupación. Si nos gusta la cocina, probemos hacer recetas nuevas; si el deporte nos carga de energía, practiquemos; si leer es lo nuestro, leamos; bailemos, escribamos, dibujemos, cantemos, etc.
Debemos buscar calidad en las conexiones interpersonales y aprovechar este confinamiento para compartir vivencias o recuerdos positivos, siendo empáticos y comprensivos con las necesidades que nos manifiesta el interlocutor. La cercanía con los demás fortalece las relaciones interpersonales y nos sirve como apoyo a la hora de enfrentarnos a momentos difíciles. Ello contribuirá a readaptarnos mejor después de este confinamiento.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

miércoles, 13 de mayo de 2020

Elogio de la calma

Elogio de la calma

Es difícil aventurar cómo será nuestra sociedad después de esta pandemia. En nuestra cabeza ronda la pregunta de si podremos retomar muchas de las actividades que hacíamos antes. La respuesta no puede ser otra que la de esperar pacientemente el devenir de la nueva realidad con la mirada puesta en el día a día y con el propósito dirigido por el paso a paso.
Sabemos que ni el confinamiento ni el distanciamiento físico pueden mantenerse por un período de tiempo muy largo y mientras la desescalada va reseteando nuestros antiguos caminos, poco a poco iremos adaptándonos. La calma, la serenidad y la mente fría se constituyen en los mejores antídotos para afrontar las nuevas situaciones que se nos vayan presentando.
En este período de desconfinamiento tendremos que compensar la incertidumbre o el exceso de informaciones, algunas de ellas sesgadas, con la actitud consciente y realista. Ser exigentes en el cumpliendo de las restricciones y los consejos sanitarios nos conducirá a que nuestras decisiones sean más acertadas.
Uno de los aprendizajes que deberíamos conseguir con esta pandemia y sus consecuencias es que no debemos anticiparnos con impaciencia por el mañana sino ser cautos desde el ahora.
Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

martes, 12 de mayo de 2020

Caminos transitados

Caminos transitados

Recordar a  cada una de las víctimas de esta pandemia exige realizar actos en su honor cuando el confinamiento deje paso a los encuentros. Homenajes sociales, familiares y personales que son consuelo ante las heridas que produce el peor de los duelos, el de los silencios aislados y las despedidas ausentes. Lesiones en el alma que debemos ayudar a cicatrizar entre todos, máxime con aquellas personas a quienes les ha tocado sentir de cerca la pérdida de un ser querido.

Tendremos que volver la vista atrás hacia esos caminos transitados y recoger las huellas que el paso del tiempo ha dejado en nuestra impronta. Ejemplos de familiares y amistades que han caminado una parte de su historia a nuestro lado y que, a modo de regalo de vida, nos han dejado simbólicos gestos que podrían atenuar nuestro abatimiento y desvelos.
Dejaron sus palabras, sus manías y su ejemplo que es el mayor soporte para sobrellevar el contratiempo. Con sus manos construyeron nuestro presente y miraron a lo lejos para continuar hacia delante porque sabían que, a pesar de los pesares, la luz vencería a la oscura noche soñando lo que vendrá con el tiempo.
El legado de su vida es nuestro valioso recuerdo que es la semilla que iluminará nuestro silencio.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

domingo, 10 de mayo de 2020

Rumbo a la esperanza

Rumbo a la esperanza

El amarre del barco de la vida es la esperanza, la perspectiva, la ilusión. Navegamos en un mar de inseguridades con tormentas repentinas de desazón y desánimo pero, hay que estar seguros, conquistaremos la tierra firme de nuestra ilusión aunque nuestra mirada, en algún instante, no alcance a divisar la costa de nuestro ansiado sueño.
Precisamos utilizar el sentido común, por otro lado el menos común de los sentidos, pero nos nubla la travesía el desasosiego generado por la incertidumbre. Tenemos que reforzar la carga de cada día con nuevas y sencillas ideas que sirvan de contrapesos, liderar gestos anónimos de solidaridad, creer sólo la realidad que nos expresan fuentes fiables de información, ser disciplinados en nuestro quehacer y dirigir una gestión positiva de las emociones. Emociones que van aflorando y que actúan como inhibidores o impulsores del ánimo, no sólo el de cada uno de nosotros sino también el del otro que nos mira, nos oye, nos atiende.
Hay que entender que nuestra fragilidad emocional es algo normal y común pero podemos virar el rumbo desorientado que nos provoca sirviéndonos del apoyo mutuo y poniéndonos a merced de vientos cargados de  pensamientos y emociones positivas.
Hemos de saber que es una singladura transitoria que, poco a poco, iremos aprendiendo a encauzar.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

sábado, 9 de mayo de 2020

Padres, madres e infancia

Padres, madres e infancia

En esta situación que estamos viviendo, padres y madres deben prestar atención no solo a los comportamientos de sus hijos e hijas sino también a cómo expresan sus emociones, ayudándoles a poner en palabras lo que sienten o les preocupa.

Hay algunas señales de su estado psicológico como son la presencia de irritabilidad, inestabilidad, apatía, desánimo, miedos, pesadillas o ansiedad por tener que separarse de los adultos. Siendo reacciones que pueden entenderse como normales pueden, si se mantienen en el tiempo y distorsionan el comportamiento habitual, ser indicadores importantes.

Si observamos que les da miedo salir de casa, que tienen dificultades en las relaciones sociales, que están tristes o se lavan las manos más veces de las necesarias es importante consultar con su pediatra o con un profesional de la psicología que pueda analizar, desde su competencia, si esta  conducta  está dentro de niveles normales o si es preciso ayuda profesional especializada.

Es importante hablarles de la situación con informaciones reales y ajustadas a su edad, fomentar que se sientan escuchados preguntándoles por sus necesidades e ir involucrándoles en lo que hay que hacer y cómo. A medida que van siendo más mayores debemos llegar a acuerdos, tomar decisiones entre toda la familia y formar equipos para ayudar compartiendo tareas y organizando rutinas.

Los padres tienen la misión de transmitir las normas  explicándolas en positivo, de forma sencilla y con mucha paciencia, para que de manera progresiva vayan aprendiendo lo que se espera de ellos.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

viernes, 8 de mayo de 2020

SOLIDARIDAD ERES TÚ

Valor humano que nos alienta a ayudar a los demás, a los que nos necesitan en situaciones difíciles. La solidaridad suele ser una actitud que vemos diariamente pero, en momentos difíciles como el actual, cuando nace del impulso de la bondad, se vuelve contagiosa y su capacidad de infección emocional es proporcional a la del coronavirus que la está desencadenado. Ejemplos de ello lo tenemos en el día a día: personas que ayudan a llevar las bolsas de alimentos a personas de la tercera edad, jóvenes que se alistan en las ONGs para servir dónde se precise, jubilados sanitarios que ansían que les llamen y activen para acudir a atender enfermos, taxistas que se prestan gratuitamente a trasladar a personal sanitario, maestros que diseñan escuelas virtuales de aprendizaje y ocio para los más jóvenes. Todo ello con la sana misión de ayudar a los demás contra el confinamiento necesario. Confinamiento que es el mejor ejemplo de empatía y solidaridad.
Lo que mueve a la solidaridad  es deseo de ayudar al otro, de ponerse en el lugar del otro, de ser el otro. Nace de la esencia de lo humano, del extraordinario poder que posee la naturaleza humana para engrandecer su existencia.
La  solidaridad crea el grupo, une al grupo, facilita el valor del grupo y, no nos olvidemos, somos seres sociables, nos necesitamos.
El núcleo de este valor, la solidaridad, es la vivencia interior de que lo que le puede suceder al otro, lo que le puede pasar al otro, nos puede pasar igualmente a nosotros. Esa debilidad personal hace que encontremos al fuerza en la comunidad, en el gesto y comportamiento común. Valor que apreciamos cada noche, a las ocho, cuando sirenas de coches de policía se acercan a los hospitales a  agradecer la labor de todas las personas que trabajan en los hospitales o cuando abrimos la ventana, a modo de catarsis colectiva, para extender al aire el aliento de la gratitud.
Solidaridad que es sentimiento  compartido y vivido conjuntamente. Aprendida desde el corazón o desde la distancia pero que germina en nosotros el sentido de sociedad.
Cada día que avancemos en esta contención colectiva debemos rearmar nuestra armadura de paciencia, de empatía y de positividad; mirando cada gesto ajeno que induzca ánimo como nuestro y espirando el doble de ánimo para los demás.


Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

jueves, 7 de mayo de 2020

Yo soy tu ejemplo

Yo soy tu ejemplo
Los seres humanos estamos en continuo movimiento, vivimos en conjunción con los demás y existimos siendo cada uno espejo donde los otros se miran. En esta red de interacciones humanas que constituyen nuestras sociedades, cada uno es condicionante directo de la conducta del otro.
En los aplausos de cada tarde a las ocho deberíamos incluir a los donantes anónimos que entregan sus acciones al prójimo, comerciantes, dependientes y transportistas que nos entregan su trabajo para que atendamos las necesidades de cada día.
Aplausos a las personas que cogen su coche para acercar a otros medicinas, cartas, comida o su compañía.
Aplausos para los maestros que con su tacto amable entregan explicaciones cosidas de emociones compartidas.
Aplausos para los niños y niñas, los padres y madres, las abuelas y abuelos que curan las heridas con el lazo de sus familias.
Aplausos para los que no cesan en buscar una salida, ensimismados en sus hipótesis y centrados en las razones que aportaran alternativas.
Aplausos a los artistas que nos dibujan esperanza, que en melodías envuelven sus alegrías o que en escritos iluminan los sueños que animaran nuestros días.
Aplausos a toda la gente que, con su ejemplo, construye una nueva realidad que mejora nuestra vida.
Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo

miércoles, 6 de mayo de 2020

Obsesión o moderación

Obsesión o moderación

Las medidas puestas en marcha para la contención del coronavirus pueden ocasionar diferentes manifestaciones emocionales en cada uno de nosotros ya que las respuestas que cada persona tenemos ante una situación de estrés son muy diferentes: inseguridad, apatía, preocupación, desgana, agobio, miedo, etc.
Son reacciones humanas y naturales porque todo aquello que provoca incertidumbre genera dosis de estrés. Lo importante es contrarrestar estas manifestaciones que generalmente vienen asociadas a pensamientos negativos asociándolas a ideas que posibiliten optimismo, superación y esperanza. De un pensamiento, por ejemplo, de que estoy sólo puedo repensar en que puedo leer un libro en silencio: de un pensamiento que tengo en relación a que esta situación no acabará puedo pensar que estoy sano y no tengo síntomas. Una idea o pensamiento positivo siempre lleva aparejado, a modo de refuerzo, un sentimiento que amortigua el pesimismo.
Como bien dice Javier Urra pensar que todo el mundo está igual que nosotros y que la situación es la que es, evitar la sobreinformación, crear nuevas rutinas, hacer horarios y cumplirlos, mantener un buen aspecto físico y una buena higiene, dedicar tiempo a estar con nosotros mismos, leer ese libro que teníamos aparcado, compartir la situación con amigos y familiares a través de llamadas o videollamadas, poner una sonrisa y compartirla ante la adversidad pueden ser gestos que nos ayuden a nutrir, cada día, nuestra ilusión que es la llama de nuestra vida.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo 

martes, 5 de mayo de 2020

Momento de telecomunicación

Momento de telecomunicación

Abrazados a una radio, a una televisión, a un ordenador, a un móvil. Quién nos iba a decir, hace algún tiempo no muy lejano, que íbamos a estar todavía más unidos a ellos de lo ya estábamos. Son aliados de nuestro tiempo embargado por la cautela de la contención. Desde pequeños a mayores los usamos y mitigan, al igual tranquilizantes, la escasez de caricias, de abrazos, de cercanías, de manos unidas, de gestos sociales que llenaban nuestra calle y nuestra vida.
Falta el beso, la expresión próxima y necesaria, el tacto amable del compromiso de la amistad y del otro pero tenemos las palabras, el juego de la imagen y el sonido, el universo enchufado al ordenador, la línea directa con el receptor. Y en el otro lado, allí, a lo lejos, en el horizonte, al fondo de nuestra mirada, el otro está ahí y desde ahí reclama nuestra atención. En ello encontramos nuestro consuelo y ese leve alivio del silencio, del momento cotidiano de nuestra retención, va llenando nuestras manos de tierna esperanza y comprensión.
Es el sueño la ventana donde asomarnos y el dibujo del mañana que, sin duda, tocaremos y abarcaremos con ilusión.

Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo