Padres, madres e infancia
En esta situación que estamos viviendo, padres y madres deben prestar atención no solo a los comportamientos de sus hijos e hijas sino también a cómo expresan sus emociones, ayudándoles a poner en palabras lo que sienten o les preocupa.
Hay algunas señales de su estado psicológico como son la presencia de irritabilidad, inestabilidad, apatía, desánimo, miedos, pesadillas o ansiedad por tener que separarse de los adultos. Siendo reacciones que pueden entenderse como normales pueden, si se mantienen en el tiempo y distorsionan el comportamiento habitual, ser indicadores importantes.
Si observamos que les da miedo salir de casa, que tienen dificultades en las relaciones sociales, que están tristes o se lavan las manos más veces de las necesarias es importante consultar con su pediatra o con un profesional de la psicología que pueda analizar, desde su competencia, si esta conducta está dentro de niveles normales o si es preciso ayuda profesional especializada.
Es importante hablarles de la situación con informaciones reales y ajustadas a su edad, fomentar que se sientan escuchados preguntándoles por sus necesidades e ir involucrándoles en lo que hay que hacer y cómo. A medida que van siendo más mayores debemos llegar a acuerdos, tomar decisiones entre toda la familia y formar equipos para ayudar compartiendo tareas y organizando rutinas.
Los padres tienen la misión de transmitir las normas explicándolas en positivo, de forma sencilla y con mucha paciencia, para que de manera progresiva vayan aprendiendo lo que se espera de ellos.
Fco. Javier Lastra Freige
Psicólogo
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